Preguntas frecuentes (FAQs)

En esta sección, le enseñamos un poco más de qué es el Herpes Zóster o Culebrilla, datos sobre la presencia de la enfermedad en República Dominicana e información sobre por qué es importante que se registre en el programa.

¡Recuerde que tiene la oportunidad de prevenir el Herpes Zóster!

Lo que necesita saber sobre el Herpes Zóster o Culebrilla

El Herpes Zóster es una enfermedad que ocurre cuando se reactiva el virus de la varicela-Zóster.1 Se manifiesta con una erupción dolorosa en la piel que se acompaña de ampollas.1,2

El virus de la varicela-Zóster (VZV) causa la varicela inicialmente y luego permanece dormido en los ganglios nerviosos sensitivos, cerca de la médula espinal. Si usted tiene varicela en algún momento de su vida, el virus permanece latente o "dormido" en su cuerpo y se puede reactivar años después. Cuando se reactiva, viaja a través de los nervios hacia la piel, donde causa inflamación en los nervios y produce la típica erupción del Herpes Zóster (HZ) en el área correspondiente a los nervios en la piel.2

La reactivación del virus de la varicela-Zóster (VZV) está estrechamente relacionada con factores que debilitan el sistema inmune. Si usted está inmunosuprimido o tiene más de 50 años, sus defensas tienen una capacidad reducida para combatir una infección que antiguamente fue controlada.1,3

  1. Cualquier persona que ya haya tenido varicela. Más del 99,6% de la población a los 40 años se ha infectado con el virus que causa el Herpes Zóster y 1 de cada 3 personas tendrá Herpes Zóster a lo largo de su vida.4,5
  2. Adultos mayores de 50 (es el factor más importante).6
  3. Pacientes con comorbilidades: diabetes mellitus, cáncer, enfermedad obstructiva pulmonar crónica, virus de la inmunodeficiencia humana o enfermedades autoinmunes.7,8
  4. Las personas con las siguientes afecciones que comprometen o suprimen su sistema inmunitario: artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, recepción de trasplantes de médula ósea o de órganos sólidos (renales, cardíacos, hepáticos y pulmonares) y cáncer, en especial leucemia y linfoma.7,8
  5. Pacientes que usen medicamentos que inhiben la respuesta del sistema inmune, como corticoesteroides, quimioterapia o radioterapia.8,10,11
  6. Otros: sexo femenino, raza blanca, estrés físico o emocional intenso, antecedentes familiares de Herpes Zóster y haber padecido varicela antes de cumplir 1 año.7,8,12

  1. Personas con asma y enfermedad obstructiva crónica

    Estas dos enfermedades respiratorias se relacionan con alteraciones del sistema inmune, por lo que si usted tiene alguna, su riesgo de padecer Herpes Zóster aumenta un 30%.13 A su vez, el riesgo de tener neuralgia posherpética aumenta en un 21% y un 53% si tiene asma o EPOC, respectivamente.14

  2. Personas con enfermedad cardiovascular

    Las enfermedades cardiovasculares conducen a la inhibición del sistema inmune, lo que aumenta la predisposición a desarrollar Herpes Zóster. Adicionalmente, el virus puede dañar la pared vascular y puede causar oclusión trombótica, infarto, aneurisma o hemorragia, complicaciones que también se asocian con la enfermedad cardiovascular.15

  3. Personas con enfermedad renal e hipertensión

    Si usted tiene enfermedad renal, tiene un incremento del 29% en el riesgo de tener Herpes Zóster.16 Si tiene insuficiencia renal crónica, el Herpes Zóster se puede diseminar a otros órganos, incluidos los riñones, donde puede dañar el tejido y empeorar la enfermedad renal.17

    Si usted tiene hipertensión, puede desarrollar otros problemas de salud, tales como accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca o enfermedad cardiaca.18 Si además le da Herpes Zóster, tendrá un riesgo a largo plazo de tener un evento cardiovascular de más del 30%.19 Esta predisposición puede persistir hasta más de 12 años después de haber tenido Herpes Zóster.19

  4. Personas con diabetes

    La diabetes mellitus aumenta en un 20% el riesgo de presentar Herpes Zóster.20 Si tiene diabetes y desarrolla Herpes Zóster, tenga en cuenta que los niveles de hemoglobina glucosilada aumentan a más de 6,5% tras el diagnóstico de Herpes Zóster en el 24% de los pacientes bien controlados.20

Las personas que tienen enfermedades que alteran la función del sistema inmune (lupus eritematoso, artritis reumatoide o virus de la inmunodeficiencia humana) no tienen sistemas de defensas lo suficientemente robustos para luchar contra la reactivación del virus de la varicela-Zóster.3,8 Por ello, el Herpes Zóster ocurre con más frecuencia en esta población.7

Por otro lado, el riesgo de desarrollar Herpes Zóster también es mayor en pacientes tratados con medicamentos inmunosupresores (que suprimen la función del sistema inmune) por enfermedades autoinmunes.1,21

Esta enfermedad es muy común en el mundo. Sin embargo, las cifras varían mucho entre regiones y edades. Por ejemplo, se ha demostrado la incidencia de Herpes Zóster aumenta con la edad.22,23 En Europa por cada 1.000 personas más de 6 personas sufren Herpes Zóster por año.22,23 En Estados Unidos se estima que aproximadamente un millón de casos de Herpes Zóster (HZ) ocurren anualmente5 y en Latinoamérica se reportó hasta 6 casos de Herpes Zóster por cada 1.000 habitantes por año.24,25

Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia entre personas con enfermedades o tratamientos que depriman el sistema de defensas en comparación con las personas sin estas condiciones.8

Aproximadamente una de cada tres personas desarrolla Herpes Zóster durante su vida.26 Sin embargo, la implementación de estrategias de vacunación a nivel nacional podría inducir una tendencia a la disminución de casos nuevos.27

En algunos casos las complicaciones del Herpes Zóster (HZ) son graves y los pacientes pueden requerir hospitalización. A nivel mundial, alrededor del 2% al 3% de los pacientes con Herpes Zóster (HZ) son hospitalizados al año.6,12

Se ha estimado que las tasas de hospitalización por Herpes Zóster (HZ) en Latinoamérica varían entre el 3% y el 35,7%, con una mortalidad entre el 0% y 36%.25 La tasa de mortalidad asociada a herpes zóster incrementa al aumentar la edad.25

El Herpes Zóster (HZ) no se transmite directamente de una persona a otra. Sin embargo, estar en contacto con una persona que tiene lesiones activas de Herpes Zóster (HZ) puede transmitirle el virus de la varicela-Zóster (VZV) aunque nunca haya tenido varicela o no haya sido vacunado contra ella. En ese caso, usted tendrá los síntomas de la varicela, pero con el tiempo estará en riesgo de tener Herpes Zóster (HZ). La vía de transmisión puede ser mediante contacto directo con el líquido de las ampollas del Herpes Zóster (HZ). Una vez que las lesiones forman costras, ya no son contagiosas5

Los pacientes pueden presentar malestar general, dolor de cabeza, fiebre leve y dolor intenso en la piel durante dos o tres días. Luego aparece el característico brote con enrojecimiento e inflamación, que produce dolor que arde y luego progresa a ampollas (vesículas) y, posteriormente, a llagas inflamadas llenas de pus (pústulas). Este sarpullido suele ser de un solo lado y solo afecta la zona de piel en la que un único nervio sensitivo se distribuye (dermatoma). Típicamente progresa a vesículas claras que se vuelven turbias y forman costras en un plazo de siete a diez días.1-3,7,9,12

Las características del dolor asociado a la fase aguda del Herpes Zóster varían: usted podría tener dolor constante o intermitente y presentar síntomas como sensación de quemazón o picor, hormigueo o entumecimiento y dolor profundo. Muchos pacientes afirman que la intensidad del dolor afecta su descanso e interfiere con su funcionamiento físico, social y laboral. En ocasiones, el dolor puede persistir durante días, meses e incluso años tras la desaparición de las ampollas; esto se conoce como neuralgia posherpética.1,14,20

El dolor posherpético o neuralgia posherpética (NPH) es la complicación más común después de haber tenido una infección por Herpes Zóster (HZ): aproximadamente el 18% de los pacientes con Herpes Zóster (HZ) desarrollará neuralgia posherpética (NPH).28 Los médicos han definido la neuralgia posherpética (NPH) como dolor que persiste más de 90 días desde la aparición del sarpullido agudo del Herpes Zóster (HZ).12,29

El daño a los nervios durante la infección causa este dolor que puede durar semanas, meses o incluso años, y que puede manifestarse de diferentes maneras. Usted podría experimentar sensaciones como ardor u hormigueo, sensibilidad anormal o dolor al tacto, dolor ante estímulos que normalmente no serían dolorosos o una respuesta al dolor que es más intensa o prolongada de lo habitual.1,29

El Herpes Zóster (HZ) y la neuralgia posherpética (NPH) continúan teniendo una carga significativa en las personas de edad avanzada y las personas con sus sistemas de defensa debilitados. La manera más efectiva para prevenir el Herpes Zóster (HZ) y sus complicaciones es la vacunación.12

Es necesario reforzar los esfuerzos para aumentar la cobertura de vacunación contra el Herpes Zóster (HZ). Actualmente, se recomienda la vacunación contra el Herpes Zóster (HZ) en personas mayores de 50 años, así como para aquellas mayores de 19 años con sistemas inmunitarios debilitados.12,28

Además de la neuralgia posherpética (NPH), las complicaciones más comunes se presentan en los ojos y en el recorrido de unos nervios en la cara, de modo que usted podría tener:1,3

  • Parálisis facial: incapacidad para mover los músculos de la cara
  • Inflamación de la córnea y otras estructuras del ojo
  • Meningitis
  • Meningoencefalitis
  • Otras infecciones
  • Diseminación del Herpes Zóster (HZ) del tejido nervioso a vísceras como pulmones, hígado, corazón y articulaciones

Si usted tiene alteraciones del funcionamiento del sistema inmune (ya sea por una enfermedad o por un tratamiento médico), usted tiene un riesgo significativamente mayor de presentar complicaciones graves por Herpes Zóster. Estas incluyen lesiones diseminadas en la piel, infecciones por varicela-Zóster que pueden afectar órganos como los pulmones y el sistema nervioso central, así como infecciones bacterianas potencialmente mortales y complicaciones neurológicas graves.1,3,12,25

El diagnóstico se basa principalmente en el examen clínico por parte del médico, quien considera los síntomas característicos, como el dolor localizado y la aparición de un sarpullido unilateral con ampollas agrupadas. Algunos casos de presentación confusa pueden requerir pruebas de laboratorio. La detección de ADN del virus de la varicela-Zóster (VZV) mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es la prueba más recomendada debido a que es de fácil acceso, es más precisa y muestra resultados positivos con relativa rapidez.1,7

Sobre la prevención del Herpes Zóster o Culebrilla

El tratamiento del Herpes Zóster (HZ) se basa principalmente en el uso de medicamentos para controlar la replicación del virus, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones, especialmente la neuralgia posherpética (NPH), una de las secuelas más comunes y dolorosas. El pilar del tratamiento son los antivirales, que deben iniciarse lo antes posible, preferiblemente dentro de las primeras 72 horas desde la aparición de las lesiones cutáneas.1,12

Algunos ofrecen la ventaja de una dosificación más cómoda, lo que mejora la adherencia al tratamiento.1,2,7

Si usted desarrolla Herpes Zóster, los antivirales serán una opción importante para el tratamiento, en especial si es mayor de 50 años y si tiene dolor o erupciones moderadas a graves o dermatomas en el área facial.2

Por eso, es fundamental acudir al médico lo antes posible, idealmente dentro de las primeras 72 horas desde el inicio de los síntomas, para recibir una evaluación adecuada y definir el tratamiento más apropiado según su edad, antecedentes médicos y condición clínica. El tratamiento oportuno puede marcar una gran diferencia en su recuperación y en la prevención de complicaciones.

El tratamiento requiere educación y apoyo para una buena recuperación. Es importante mantener la zona limpia y seca, utilizando compresas húmedas estériles para aliviar molestias y evitando apósitos adhesivos que irriten la piel. Además, se debe evitar el contacto con personas vulnerables, como bebés, embarazadas o inmunocomprometidos hasta que las ampollas formen costras para disminuir el riesgo de contagio. Si llega a tener complicaciones, como dolor intenso, fiebre alta o signos de infección en las ampollas, deberá acudir al médico de inmediato.30

Para aliviar el dolor agudo, los casos leves pueden manejarse con analgésicos de uso común. En casos más intensos, se pueden requerir analgésicos de mayor potencia.2,7,12

Es importante que, si presenta dolor, consulte a un médico lo antes posible. Un profesional de la salud podrá evaluar su caso, ajustar el tratamiento del dolor de forma segura y prevenir que este se vuelva persistente o afecte su calidad de vida.

Sí. La vacunación es una estrategia eficaz para prevenir el Herpes Zóster (HZ). Esto es especialmente importante para las personas mayores de 50 años o aquellas con sistemas inmunitarios debilitados.12 Existen dos vacunas disponibles contra el herpes zóster, la vacuna viva y la vacuna recombinante.31

  1. La vacuna viva contra el Herpes Zóster es una versión más potente de la vacuna contra la varicela. Su eficacia para prevenir el Herpes Zóster disminuye con la edad de la persona vacunada y con el tiempo después de la vacunación.31

  2. La vacuna recombinante contra el Herpes Zóster está indicada para la prevención del Herpes Zóster y sus complicaciones, en adultos a partir de los 50 años de edad y adultos a partir de los 18 años de edad que tienen un mayor riesgo de Herpes Zóster.32,33

    1. La vacuna recombinante contra el herpes zóster redujo de manera significativa las complicaciones relacionadas con el herpes zóster en un 93,7 % y en un 91,6 %, en sujetos ≥ 50 años y en sujetos ≥ 70 años, respectivamente.32
    2. Tiene una eficacia del 97% en personas de 50-59 años, del 97% en aquellas de 60-69 años y del 91% en aquellas de 70 años o más.31
    3. Los estudios actuales muestran que la protección dura al menos 11 años, siendo del 97% al primer año y de 82% a los 11 años, en adultos mayores de 50 años.34

La vacuna utiliza partes específicas del virus para estimular la respuesta inmunitaria.31

La vacuna se aplica en dos dosis; el intervalo entre cada dosis debe ser de dos a seis meses.31 Si usted no recibe las dos dosis puede que no obtenga los beneficios de inmunidad a largo plazo.31

Las reacciones adversas locales más comunes son dolor, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección. Las reacciones generales más comunes son dolor muscular, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y síntomas gastrointestinales.32

La mayoría de los síntomas locales y generales observados por la vacuna contra el Herpes Zóster son de intensidad leve a moderada y no son de larga duración (duración media de 3 días).35

La vacuna está indicada para personas mayores de 50 años y adultos a partir de los 18 años de edad que tienen un mayor riesgo de contraer herpes zóster.32 Para determinar el riesgo individual de una persona, es importante una evaluación médica previa.

Sí, haber tenido Herpes Zóster no impide la vacunación. De hecho, la vacuna puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencias y complicaciones.26,36

En general, se recomienda esperar al menos 2 meses después de un episodio de herpes zóster antes de recibir la vacuna. Para determinar el momento más adecuado en su caso, le sugerimos consultar con su médico.36

La vacuna contra el herpes zóster puede aplicarse el mismo día que otras vacunas, siempre y cuando se administren en diferentes áreas del cuerpo (usualmente en el brazo donde no le hayan colocado otra vacuna). Es importante que consulte con su médico cuáles vacunas pueden colocarse junto con esta y verificar que no exista ninguna contraindicación particular en su caso.32,27

Sobre el Programa Escudo Zóster

Escudo Zóster es un programa de soporte a pacientes cuyo propósito es acompañarle en su proceso tras recibir una prescripción o recomendación de la vacuna contra el Herpes Zóster o Culebrilla. A través del programa, podrá acceder a información y resolver dudas sobre el Herpes Zóster o Culebrilla, la vacuna y los beneficios del programa.

El programa Escudo Zóster cuenta con diversos recursos diseñados para facilitar su proceso de vacunación. A través del programa usted tiene acceso a beneficios como recordatorios de dosis y listado de centros de vacunación disponibles, asesoría personalizada y acompañamiento continuo para asegurar que reciba su vacunación de manera adecuada y con la mejor orientación posible.

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Para acceder al programa el paciente debe contar con una prescripción o recomendación, por parte de un profesional de la salud, para recibir la vacuna. Así mismo, debe aceptar los términos y condiciones del programa.

Además de brindarle información sobre el Herpes Zóster y su prevención, como parte del programa de soporte para pacientes, usted cuenta con diferentes beneficios diseñados para acompañarlo en su proceso de vacunación.

Es su oportunidad de prevenir el sufrimiento causado por el Herpes Zóster y sus complicaciones.

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Referencias

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